Para Erikson, la segunda etapa, autonomía vs vergüenza y duda, marca el inicio del autocontrol y de la autonconfianza. Los niños pequeños empiezan a asumir responsabilidades importantes del auto-cuidado, como alimentarse, controlar sus esfínteres y vestirse. Durante este periodo los padres deben de establecer un límite sutil: ser protectores, pero no sobreprotectores . Si los padres no apoyan los esfuerzos del niño por dominar sus habilidades motrices y cognoscitivas básicas, el niño podrá empezar a sentirse avergonzado y aprender a dudar de sus habilidades para desenvolverse en el mundo.