Cap 2: Harnack y la escuela liberal

A. Harnack

Otros representantes de la escuela liberal

Hombre: sus idea y su método

Obras Das Wesen des Christentums y el tono religioso del liberalismo de Harnack

Producción científica de los años 1902-1920

Resalta como la cultura griega influenció a la iglesia desde su constitución. En otra obra, detalló cómo algunos términos de la filosofía griega han influenciado al Nuevo Testamento.

El estudio sobre Marción y el juicio sobre su perennidad

Conclusión: Harnack, teólogo liberal y luterano

Liberales radicales

H. Lietzmann

Del pensamiento de Ritschl-Harnack al respecto a de la Teología Liberal, salió una nueva teología liberal más radical.

Se le consideró el sucesor de Harnack, que trabajo en la teología del espíritu y el método de la filología clásica.

Escribió un manual para el Nuevo Testamento, un material con auxilios lingüísticos y exegéticos

Sus estudios, en temas litúrgicos como la misa y la cena son considerados como una investigación objetiva y juiciosa.

Sus discípulos hicieron una interpretación de la Biblia más histórica y libre de toda preocupación dogmática, buscando ir un poco más allá del texto

Los más significativos: Gunkel, Dibelius, Gressmann, Bousset, Wrede, Troeltsch, Weiss, Schweitzer. Plantearon tesis más radicales con respecto a Jesús, poniendo en duda principios bíblicos.

Buscaba mostrar que la indagación de los eventos históricos y teológicos de la Iglesia se debía usar la teoría del conocimiento y la lógica

Se enfocó en la historia de la Iglesia. Argumentaba que era crucial conocer la historia eclesiástica y los dogmas de los seis primeros siglos.

Propuso un esquema que invalidaba algunas proposiciones mencionadas en la Biblia (como la comunión de los Santos y la concepción virginal de Cristo).

Afirmaba sobre la persona de Jesús y su posición en el Evangelio: Según Jesús lo ha anunciado, el Padre pertenece al Evangelio y no el Hijo.

Se inclinó a un cristianismo fundado en el conocimiento histórico. En un discurso, dijo al respecto: 'El cristianismo no es una religión, sino la religión'.

Al final de su vida, Harnack escribió: Marcion: El Evangelio del Dios extranjero, donde describe al iglesia Católica como anatema. Menciona que la gran cristiandad debió aceptar de Marción todo lo creado, excepto el pensamiento religioso fundamental.

Considera que el Antiguo Testamento no debe ser considerado como un documento canónico antiquísimo por el protestantismo del siglo XIX en adelante.

El concepto cristiano de Dios debe formularse exclusivamente sobre la base de la redención de Cristo: es decir, Dios no puede y no debe ser otra cosa que el Bien, en el significado del amor misericordioso y redentivo.

Plantea que desde su orígenes, la religión sincretista, mezclando las tradiciones del judaísmo tardío con el Jesucristo crucificado y resucitado.

Plantea que el mensaje del Dios extranjero nos llama a una feliz tierra de destierro desde aquella horrible patria a que nosotros pertenecemos.