Lo que hace su aparición con la guerra de Vietnam es la presencia de la televisión, proporcionando imágenes casi instantáneas de la guerra, que van a producir efectos fuertemente contradictorios en la población norteamericana: la mentalidad de los años sesenta transformó unas imágenes que, en gran medida, se querían propaganda de la guerra, en verdaderos bumeran contra el Gobierno y la guerra de buena parte de la población, especialmente entre los jóvenes.