Si el apego es fuerte es muy probable que se manifiesten algunos perjuicios en consecuencia. Como el decremento de las ventas, aparición de una mayor competencia, debilitamiento de la producción o, en su defecto, decadencia del servicio brindado. La mayoría de las veces estos problemas pasan desapercibidos. En estos casos lo común es culpar al “agente externo”, llámese competencia, clientes, mercado, gobierno, etc.