A partir de octubre de 2008, las exportaciones chinas colapsaron, y cayeron a una tasa anual de aproximadamente 20% durante agosto de 2009. El choque negativo en la demanda a partir del colapso en las exportaciones condujo a un declive en la demanda agregada, el crecimiento económico chino se redujo de más de 11% en la primera mitad de 2008 a menos de 5% en la segunda mitad, en tanto que la inflación declinó de 7.9 a 4.4% y. luego, se volvió negativa de ahí en adelante. En vez de apoyarse exclusivamente en el mecanismo de autocorrección de la economía, el gobierno chino propuso un masivo paquete de estímulos fiscales de $580 mil millones en 2008, que a un PIB de 12.5% era tres veces mayor que el paquete de estímulos fiscales estadounidense en relación con el PIB. Además, el Banco del Pueblo de China, el banco central, comenzó a tomar medidas para relajar autónomamente la política monetaria. En consecuencia, la economía china manejó la crisis financiera notablemente bien, con un crecimiento del producto que se elevó rápidamente en 2009 y la inflación se volvió positiva a partir de entonces.