Plantea Parménides dos vías de conocimiento, la de la razón y la de los sentidos. La primera conduce al conocimiento verdadero, es decir al conocimiento de la verdad o del ser; la segunda nos proporciona un conocimiento falso, un conocimiento de lo aparente, del no-ser, por el cual percibimos la realidad como movimiento, variedad, cambio y pluralidad. Partiendo de la afirmación parmenideana de que "El ser es y el no-ser no es", el movimiento no existe.