Lo ideal es lograr una pérdida de peso sobre la base de una dieta sana y actividad física regular, que incluye una combinación de actividad aeróbica y entrenamiento de resistencia, reforzados con terapia cognitiva. Pueden ser útiles la metformina, un sensibilizador de la insulina, o una tiazolidindiona (p. ej., rosiglitazona, pioglitazona). La pérdida de peso de ≈ 7% puede ser suficiente para revertir el síndrome. De no ser así, cada aspecto del síndrome debe ser tratado para alcanzar las recomendaciones; el tratamiento farmacológico disponible es muy eficaz.
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En ocasiones, se indica metformina
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