A partir de la década del `90 en nuestro país pero más precisamente en la ciudad de La Plata, este fenómeno de la cultura tuvo su auge y, en la actualidad, la murga sigue re significando su espacio, su discurso y su propósito a través de la danza callejera y expresión oral. Símbolo de expresión, de crítica, de visión del mundo, conformada por ritos y danzas, colores y canciones que dan cuenta de la subjetividad del murguero.
Desde el surgimiento Los Farabutes del Adoquín en La Plata, en el año 1992, se dio inicio a una nueva práctica que involucra el cuerpo, el discurso, el ritmo y la configuración de una identidad vinculada a este género-social denominado murga.