Al final de la edad media se dieron cambio políticos que afectaron a Europa, comenzando con el desarrollo de las monarquías centralizadas y autoritarias las cuales alcanzaron su unidad política en torno a la figura de un rey los cuales reafrimaron su poder. Esto empezaba a detectarse tímidamente en la expansión urbana pero no fue hasta después de la crisis, consecuencia de la peste negra, debilitara el poder de los señores feudales quienes no contaban con el poder ni estatus para ejercer en algún cargo político. La misma situación cayó sobre los burgueses más ricos que terminaron apelando a la ayuda real a cambio e renunciar a los derechos que habían ganado siglos atrás. El sentimiento nacionalista aumento junto a al fortalecimiento de la monarquía pues los ciudadanos se sentían pertenecientes a una nación donde se hablaba la misma lengua y sus territorios estaban delimiatados y con gobernantes distintos. Concluyendo, el estado moderno se desarrollo sobre un territorio con fronteras y con un poder centrado en un rey los cuales para lograr la lealtad se guiaron del: derecho romano, Burocracia, ejécito permanente e impuestos obligatorios