Margalioth sostuvo que no había ningún solo capítulo en Isaías 1-39 que no reflejara Isaías 40-66. Basó sus argumentos en quince designaciones comunes: 1) para Dios, 2) para Israel, 3) para fórmulas introductorias de oráculos, 4) para emparejar Sión y Jerusalén, 5) para la reunión de los exiliados; 6) para mensajes de consuelo y aliento, 7) para expresiones de gozo y alegria, 8) para mensajes de un milenio universal, 9) para palabras de admonición, 10) castigo, 11) en el empleo de partes tesis-antítesis, 12) en palabras y formas lingüísticas distintivas, 13) para pares de palabras, 14) para construcciones similares y 15) para grupos paralelos con contenido similar.