Comienza en depósitos ígneos primarios, especialmente en sienitas nefelínicas, carbonatitas y rocas ultramáficas alcalina, estas rocas pueden ser alteradas, de esta forma liberan el P que pueden utilizar las plantas y los animales.
Una parte de este P va a parar al mar, donde es asimilada por organismos marinos que al morir caen al fondo, donde la oxidación y la acción bacteriana liberan nuevamente el P.