Reflexión: La educación contribuye de manera integral el bienestar y calidad de vida del adulto mayor. Abordando el aspecto biológico podemos rescatar que si se practica a lo largo de la vida; disminuyen las probabilidades del deterioro cognitivo, específicamente previene el Alzheimer; por otro lado, en el aspecto de lo psicológico favorece en el adulto mayor el aumento de autonomía, creatividad, autoestima, creación de nuevas metas, proyección hacia el futuro, autorrealización personal y profesional; finalmente en el aspecto social se contribuye a la expansión de redes de apoyo y relaciones, se juegan nuevos roles, es un espacio de oportunidad para empoderamiento, participación activa en la sociedad, generar proyectos e investigaciones que favorezcan su entorno, compartir su conocimiento con pares y personas de otras generaciones. Todo lo anterior es necesario de llevarse a cabo de la mano de la petición del servicio de educación por parte de los adultos mayores para hacer válido su derecho y de los profesionistas e instancias involucradas en el proceso educativo para hacer valer su derecho.