Fue establecido el 25 de noviembre de 1975 en una reunión en Santiago de Chile entre Manuel Contreras, el jefe de la DINA (Dirección de Inteligencia Nacional), y los líderes de los servicios de inteligencia militar de Argentina, Bolivia, Paraguay y Uruguay. Esta operación buscaba reunir la información de información de los opositores a los regímenes militares de esos países, con el objetivo de vigilarlos, torturarlos, repatriarlos o hasta asesinarlos.