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República - Platón Libro IV, Camila Zevallos García (U20201A530) …
República - Platón
Libro IV
Funcionamiento del Estado
Los guardianes del Estado y sus leyes
Son los únicos que pueden organizar bien al Estado y lograr que sea feliz
Si se apartan de las virtudes y leyes, corrompen al Estado por completo.
Deben vigilar que no se introduzcan en el Estado la riqueza y la pobreza
La riqueza produce libertinaje, pereza y el afán de novedades.
La pobreza genera servilismo, vileza y afán de cambios.
Existiría una enemistad mutua entre dos Estados, el de los ricos y el de los pobres.
Vigilan que el Estado sea uno y suficiente
Su residencia está edificada en la música
Está en condiciones de crecer en tanto conserve su
unidad
El Estado se funda con la mirada puesta en que toda la sociedad sea feliz al máximo
.
Los ciudadanos
Deben ocuparse de la función para la cual han sido naturalmente dotados
El legislador solo promulga leyes cuando sea realmente necesario, no ocuparse minucias, pues sería ineficaz.
Cualides del Estado
Sabiduría/prudencia
Tipo de conocimiento por el cual no se delibera sobre una cuestión particular del Estado, sino sobre este en su totalidad.
Conocimiento apropiado para la vigilancia
Presente en los llamados "guardianes perfectos", le corresponde al sector más pequeño por naturaleza.
Valentía
Consiste en la conservación, en toda circunstancia, de la opinión correcta y legítima engendrada por la ley acerca de cuáles y cómo son las cosas temibles.
Un Estado es valiente gracias a una parte de sí mismo (militares).
Moderación
Tipo de ordenamiento y de control de placeres y apetitos
En el Estado, los deseos y la prudencia de aquellos que son menores en número pero más capaces prevalecen sobre los apetitos que habitan en la multitud de gente.
Consiste en esta armonía y concordia entre lo mejor y lo peor respecto a cuál de los dos debe gobernar el Estado.
Justicia
Consiste en hacer lo que le corresponde a cada uno de modo adecuado, sin mezclarse con los asuntos de los demás.
Tener cada uno lo propio y hacer lo suyo.
El alma del individuo
En cada individuo habitan los mismos géneros y comportamientos (y en idéntica cantidad) que en el Estado, pues estos proceden de cada uno.
Especies que habitan en el alma
Raciocinio
Por la cual el alma razona
Le corresponde mandar por ser sabio y tener a su cuidado el alma entera.
Irracional y apetitiva
Por la que el alma ama, tiene hambre, sed, etc.
Es gobernada por las otras dos especies.
Fogosidad
Por la cual nos enardecemos
Cuando los deseos violentan al hombre contra su raciocinio, la fogosidad se vuelve aliada de este último.
Cualidades para la excelencia en el individuo
Valentía
Será valiente el individuo cuya fogosidad preserve lo prescrito por la razón acerca de lo temible.
Sabiduría
Al individuo se le llamará sabio por la razón que gobierna su alma, que conoce lo provechoso para esta en conjunto y sus especies.
Moderación
El individuo será moderado por la concordia y amistad entre las especies, cuando las partes gobernadas y la gobernada estén de acuerdo en que el raciocinio debe mandar.
Justicia
Será justo en tanto que cada una de las especies haga lo suyo, que no se permita que ninguna de estas haga lo ajeno ni interfiera en las tareas de la otra.
El individuo se autogobernará armonizando sus tres especies y, de esta manera, a partir de la multiplicidad, se generará la unidad absoluta, moderada y armónica.
La excelencia y el malogro
La excelencia
Para lograrla, es necesario que, así como el Estado es sabio, el individuo también lo sea. Las cualidades deben valer del mismo modo para ambos.
Es la salud, la belleza y la buena disposición del ánimo.
Se produce salud al instaurar el predominio de algunas partes del cuerpo sobre otras, conforme a la naturaleza.
Parte de la educación y la instrucción
Estas forman buenas naturalezas. Los individuos bien educados llegan a ser mesurados.
El malogro
Enfermedad que surge cuando el predominio de una especie sobre otra va en contra de la naturaleza.
La injusticia
En el Estado
La dispersión de las tres clases existentes en múltiples tareas y el intercambio de una por la otra.
Es la mayor injuria contra el Estado.
En el individuo
Desorden y sublevación de una de las partes contra el alma conjunta.
Disputa interna entre las especies dentro del alma, intromisión de una en lo que le corresponde a la otra.
Conlleva a la inmoderación, cobardía, ignorancia, etc.
Camila Zevallos García (
U20201A530
)
Sección DX21
Bibliografía:
Platón. (1988).
Diálogos I, República
. Madrid: Gredos.