El sistema desde su comienzo tuvo varios detractores, en especial entre la oposición, pero incluso entre gente ligada al gobierno, como por ejemplo, el expresidente Jorge Alessandri Rodríguez (miembro del Consejo de Estado, asesor de la Junta Militar).23 El sistema resultó un éxito de rentabilidad para las AFP, pero significó una disminución efectiva de las jubilaciones reales percibidas por los trabajadores, cuya pensión promedio no alcanza el 40 % del salario promedio, contra el 70 % que prometía el ministro Piñera. Ubicándolas por debajo de las normas establecidas por la OIT.23 El sistema fue replicado a partir de los años 1990 por varios países latinoamericanos.