Esta teoría retoma lo aportado por la teoría del capital social, pero lo amplía observando que no sólo las migraciones se realimentan por causa de relaciones sociales en red, sino también porque, una vez iniciadas, ellas favorecen un gran flujo de informaciones, sensación de inferioridad en las familias que no pueden recibir remesas de los ya emigrados, desarrollo de mediadores de la emigración más o menos mafiosos, etc.