Hay que partir de que el juego debe ser un objetivo y un instrumento en la animación sociocultural. Cumple todos los requisitos de ser una actividad de ocio: libertad, autorrealismo y placer.
El ser humano necesita jugar, por lo que necesita disponer de los espacios y los recursos para jugar dentro de su tiempo libre. Por su valor educativo, es una buena alternativa como actividad dentro del ocio enmarcado en la educación del tiempo libre. Es un fin en sí mismo, contribuye al desarrollo integral de las personas, a su desarrollo socio-afectivo, físico y psíquico. Los animadores deben fomentar que la actitud inicial ante el ocio sea lúdica. Hay que saber disfrutar en el tiempo libre, tener una actitud lúdica. El juego puede ser una metodología para trabajar la cooperación, la formación de grupos, la solidaridad, el respeto entre géneros, etc.