Los cuerpos no disponen calor de modo natural e innato en ellos sino energía, siendo que el calor es la energía que se traslada de un cuerpo a otro, del de mayor al de menor temperatura.
Dicha energía pasará entre dos materias que están unidas por una superficie diatérmica hasta que el otro cuerpo equilibre la temperatura. Esta cuestión es la nos asegura el cambio en el desarrollo vital.
Cuando dos sistemas se encuentran en contacto mecánico directo, o en su defecto, separados mediante una superficie que facilita la transferencia de calor, superficie diatérmica, se dirá que ambos están en contacto térmico. Mientras tanto, al cabo de un tiempo, aunque los dos sistemas que se hallan en contacto térmico se encuentren dispuestos de tal manera que no puedan mezclarse o aunque estén colocados en el interior de un espacio en el cual es imposible que intercambien calor con el exterior, indefectiblemente, alcanzarán el estado de equilibrio térmico.