La financiación de las ONGs puede proceder del sector público o del sector privado. Hay organizaciones que han decidido financiarse exclusivamente a través del sector privado, como es el caso de Amnistía Internacional o Greenpeace, para mantener su independencia de los poderes políticos. Otras organizaciones dependen de las subvenciones de instituciones internacionales y nacionales. En el caso de España, cobra un papel muy importante en este aspecto la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID. Para conseguir dinero por la vía privada, las ONGs recurren a técnicas de marketing y comunicación. Hay grupos de personas dedicados a la búsqueda activa de nuevos socios. Pero los socios no son la única fuente de financiación privada, ya que también se puede recurrir a la venta de productos propios, al apadrinamiento, a la organización de eventos o al crowdfunding. Además de una buena financiación, también es necesaria una correcta gestión del dinero para poder invertirlo en el desarrollo de programas y proyectos, y no perder demasiado en temas menores para una ONG como el alquiler de sedes o el aprovisionamiento. Desde el sector privado, una fuente de financiación privada eran las cajas de ahorro, que están obligadas por ley a dedicar a obra social un porcentaje de sus beneficios. Por ello, la bancarización de la mayoría de las cajas de ahorro españolas ha supuesto un duro golpe económico para las ONGs.