La experiencia de relacionamiento entre las organizaciones sociales y el Estado Mexicano se ha gestado desde hace más de veinte años. Ha sido un proceso de permanente construcción, en el cuál se han tenido avances, con su respectiva complejidad. Las estrategias utilizadas desde las organizaciones sociales de “apostarle” a un diálogo permanente con los gobiernos “en turno”, han tenido su éxito. En la actualidad se tiene un sustento legal que permite certeza jurídica y confianza política para entablar diálogos constructivos y coordinar acciones de manera concertada. Como indican diversos trabajos realizados por Equipo Pueblo, la experiencia adquirida ha permitido que las organizaciones mantengan sus objetivos políticos, tengan autonomía y fundamentalmente, acceso a recursos públicos para impulsar sus estrategias de desarrollo.