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La Unción de los Enfermos (6. Efectos de la Unción de enfermos (La unión…
La Unción de los Enfermos
1. La Unción de los Enfermos
Destinado a reconfortar a los enfermos y a purificarlos del pecado.
Para un cristiano la enfermedad y la muerte pueden y deben ser medios para santificarse y redimir con Cristo.
En la Unción de los enfermos, asistimos a una amorosa preparación del viaje, que terminará en la casa del Padre.
La Unción de los enfermos ayuda a vivir estas realidades dolorosas de la vida humana con sentido cristiano.
2. La estructura del signo sacramental y la celebración del sacramento
La materia apta del sacramento es el aceite de oliva o otro aceite vegetal. Este aceite debe estar bendecido por el obispo que tenga esta facultad
La Unción se confiere ungiendo al enfermo en la frente y en las manos.
Tiene una especifica la cual su origen es el Latin.
3. Ministro de la Unción de enfermos
Ministro de este sacramento es únicamente el sacerdote
Los fieles (familiares y amigos) deben alentar a los enfermos a llamar al sacerdote para recibir la Unción de los enfermos
4. Sujeto de la Unción de los enfermos
El sujeto es toda persona bautizada, que haya alcanzado el uso de razón y se encuentre en peligro de muerte por una grave enfermedad, o por vejez acompañada de una avanzada debilidad senil.
No se puede hacer con los difuntos.
El enfermo debe tener la voluntad no retractada de morir como mueren los cristianos, y con los auxilios sobrenaturales que a éstos se destinan.
5. Necesidad de este sacramento
No es necesaria con necesidad de medio para la salvación, pero no se debe prescindir voluntariamente de este sacramento, si es posible recibirlo, porque sería tanto como rechazar un auxilio de gran eficacia para la salvación.
Privar a un enfermo de esta ayuda, podría constituir un pecado grave.
6. Efectos de la Unción de enfermos
La unión más íntima con Cristo en su Pasión redentora, para su bien y el de toda la Iglesia
El consuelo, la paz y el ánimo para vencer las dificultades y sufrimientos propios de la enfermedad grave o de la fragilidad de la vejez
La curación y el perdón del pecado, así como de los mortales en caso de que el enfermo estuviera arrepentido pero no hubiera podido recibir el sacramento de la Penitencia.
El restablecimiento de la salud corporal, si tal es la voluntad de Dios
La preparación para el paso a la vida eterna.