El nombre de equinodermos (de echinos, ‘espina’, y dermos, ‘piel’) se debe a que muchas especies llevan espinas recubiertas de piel sobre un esqueleto dispuesto en placas de carbonato cálcico. Se trata de un endoesqueleto, ya que se encuentra dentro de la piel, aunque nada tiene que ver con el endoesqueleto de los vertebrados.