Las lombrices excavan galerías en suelos húmedos y ricos en restos de otros órganos que les sirven de alimento. Conforme avanzan, engullen la comida y, junto con ella, la tierra; al expulsar los excrementos, devuelven la tierra al suelo. Con su actividad, las lombrices enriquecen el suelo, lo mezclan y lo airean, por lo que son muy beneficiosas para la agricultura.