La autora de este artículo realiza un análisis de Génesis 22:1-19, en el cual presenta un sujeto preponderante, como Abraham, su hijo Isaac y enfatiza aproximadamente 8 verbos distintos, pero cada uno con un énfasis peculiar. También menciona el doble vocativo divino y la frase alzar los ojos, la cual es una poderosa connotación que trasciende el tiempo, con rumbo a la escatología.