CARACTERÍSTICAS DEL ENTRENADOR DE BALONCESTO 53122281-equipo-masculino-de-baloncesto-de-la-escuela-de-pie-con-su-entrenador-ilustraci-n-vectorial-de-estil-Foto-de-archivo

Sabe colocar delante de su alumno el obstáculo pertinente a su contextura, talento y edad.

Esto es importante porque le ayudará a solucionar los problemas pero siempre contando con la asistencia del entrenador, a una acción más eficaz y a encontrar una postura adecuada en el campo de juego.

Sabe cuándo suprimir y evitar las indicaciones estresantes o saturadoras.

Para evitar saturar al jugador que ya tiene las ideas claras, solo se les harán observaciones cuando exista un error evidente; cuya mejora le ayudará a mejorar técnicamente.

Sabe proponer retos

Lo hace porque reconoce en la psicología infantil un natural deseo a los desafíos. El niño, el joven... no rehúsan los retos cada vez más difíciles. Es una manera de estimularlos.

Es capaz de estimular la creatividad

Un técnico demasiado rígido puede restringir el impulso creador de sus pupilos. Un alumno que recibe de su entrenador variantes de todo tipo, verá estimulada su creatividad; a lo cual ayudarán también videos o arquetipos basquetbolísticos.

Trabaja sobre la atención focal

Sobre la idea, meta y resultado del pase, lanzamiento, entrada, rebote; se cual fuera la acción, es sobre ella que el alumno debe poner el máximo de su atención.

Puede y sabe demuestra con su ejemplo

En un principio son necesarias las demostraciones de las ejecuciones de los ejercicios; pero sin caer en la lentitud. Más adelante, cuando el jugador capte las líneas generales del acto, deberán hacerse solo cuando necesario e imprimiéndoles velocidad y exigencia.

Guía prudente del técnico

Un coach sabio no reprende en público, tiene en cuanto la fragilidad emocional de sus alumnos, sabe de sus tensiones internas durante el juego. Por eso, de manera prudente hace observaciones sin interferir en el ya tenso juego del joven.

Trabaja sobre capacidad perceptiva de sus jugadores

Porque el jugador, con la ayuda de su entrenador, debe llegar a percibir por sí mismo lo que debe hacer. Un buen jugador es estimulado por su entrenador a leer el juego, a leer a sus oponentes.

Generaliza las técnicas

Es la capacidad que tiene un buen entrenador para ajustar la respuesta de las habilidades o destrezas de sus chicos a las innumerables y cambiantes situaciones de la competición. Esto implica, además, una adaptación emocional que pasa, necesariamente, por una cantidad de competencias y enfrentamientos de distinto nivel y coyuntura.

Cuidadoso con los entrenamientos largos e intensos

Ya que estos entrenamientos de gran potencia pueden crear fatiga, de ahí que tenga que estar atento con el grado de recuperación que necesitarán sus exigidos jugadores.

Promueve un adecuado calentamiento

Puesto que sabe que las destrezas psicomotoras suelen mejorar con una práctica llevada en las previas de la competencia.

Asegura un entrenamiento mental

Propio de los jugadores de alto nivel, pero también necesario para los menos expertos, siempre con adaptaciones. Un buen training psíquico complementa lo que falta al entrenamiento físico, prepara para las futuras competencias y mantiene la disposición al aprendizaje.

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Educa para la disciplina

Pero no en su sentido negativo de poner orden con órdenes autoritarias; sino entendida como actitud que garantiza y facilita los aprendizajes de los jugadores. Un buen jugador apreciará sobremanera un coach disciplinado que sabe crear ambiente de estudio en la cancha. También la disciplina con modificar actitudes de los jugadores y salvaguardar al grupo de una influencia contraproducente.