Existen múltiples propuestas y clasificaciones que jerarquizan la evidencia, que pueden confundir a quienes se dedican a generar la evidencia tanto en evaluaciones de tecnología sanitaria, elaboración de guías clínicas, etc. En las dos últimas décadas se ha producido un incremento significativo de la investigación clínica basada en la evidencia, como pilar fundamental en la toma de decisiones para los cuidados en salud. Sin embargo, no todos los conocimientos provenientes de artículos científicos tienen el mismo impacto o valor sobre la toma de decisiones; por tal razón, se debe aplicar un método riguroso para compilar la evidencia científica en torno a una pregunta; analizar de forma crítica los artículos científicos de los que disponemos para responder a la interrogante en cuestión, valorando la validez interna.