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LA HISTERIA descarga (El médico portugués Rodríguez da Fonseca complicó…
LA HISTERIA
La histeria fue quizás el primer mal al cual los médicos de una época pasada no pudieron hallarle una explicación totalmente somática.
La historia documental de la histeria nace en los primeros escritos médicos y filosóficos. En la antigua Grecia la Filosofía tocaba de cerca de la medicina o la contaba en sus dominios.
Hipócrates, nacido 460 años antes de Cristo, ya se refería a este mal, demostrando que si bien en su época se conocía la epilepsia, muchas veces no se lograba diferenciarla netamente de la histeria,
LA EPILEPSIA
La mayor parte de los enfermos de lo que entonces se conocía con el nombre de "mal de Hércules" y las célebres Pitonisas de Delfos que predecían, en medio de horribles convulsiones y gritos estridentes, el futuro de quien las consultara en el Templo de Apolo, no eran, en realidad, más que sujetos histéricos.
Hipócrates fue el primero que intentó explicar de un modo natural sus manifestaciones, vinculándolas con un desplazamiento del útero, llamado histeron en griego, de donde proviene el nombre de histeria que se da a la enfermedad.
Para él, en suma, se trataba de una anomalía de tipo ginecológico, concepto que, con algunas variantes, rigió la clínica y la terapéutica de la histeria hasta el siglo xix
Galeno, en el año 170 d.C, calificó de absurda la opinión de Platón e Hipócrates. Sus conocimientos anatómicos más profundos le habían demostrado que el útero no podía desplazarse constantemente de la vagina al apéndice xifoides, sosteniendo en cambio que la histeria era provocada por la retención de la sangre menstrual o el semen femenino, pues era creencia admitida en esa época que la mujer eyaculaba semen al igual que el hombre.
Los médicos de Egipto y otros pueblos primitivos del Cercano Oriente creían también que la matriz era un órgano bicorne que podía desplazarse dentro del cuerpo hasta obstruir todas las entradas de aire
Platón, contemporáneo de Hipócrates, nacido en el año 427 antes de Cristo, sostenía esta misma teoría, y en su diálogo "Timeo" puso en boca de Sócrates esta definición: "La matriz es un animal que desea ardientemente engendrar niños. Cuando queda estéril por largo tiempo después de la pubertad, se aflige de soportarlo y se indigna, recorriendo el cuerpo y obturando todas las salidas de aire.
Esta teoría anticipa en cierta medida el aforismo psicosomático según el cual "una vida sexual insatisfecha puede provocar una neurosis". Pero es esta misma suposición la que lleva al tan difundido error de creer que el matrimonio es una cura para las histéricas y que si una histérica está casada, se libra del mal teniendo un hijo.
En el siglo IX, un médico árabe, Serapión, dijo que los trastornos histéricos no eran debidos a la retención de la sangre menstrual, sino a la continencia sexual, pues no había encontrado esta afección nada más que en viudas y solteras
Otros médicos árabes, entre ellos
negaron, allá por el año 1030, que el útero fuera un animal errante y explicaron la etiología de la histeria por vapores tóxicos, de origen uterino o digestivos, procedentes del hígado o del bazo, y que atacaban al cerebro.
La histeria fue el mal que permitió a Freud ir atando los primeros cabos en la larga cadena que lo llevaría a sentar las bases del psicoanálisis.
la Edad Media, desde el año 476 a 1453, se le dio un valor demoníaco idéntico al que le asigna el Corán, que presenta los trastornos psíquicos o nerviosos como obra de la influencia del demonio
Sólo con el Renacimiento la histeria deja de ser un tema teológico para volver, con toda justicia, al campo de la medicina. A partir del año 1500, los médicos, liberados del concepto demoníaco, vuelven a considerarla desde el punto de vista somático y ven en ella "una sofocación por desplazamiento de la matriz.
El respeto por lo antiguo fue tal que Jean Fernel (1497-1558) censuró a Galeno por haber dicho que la matriz no podía desplazarse para producir la histeria
El Maestre de Platea, de la escuela de Salerno, preconizaba en el siglo XII un tratamiento que consistía en indicarles a los histéricos que se masturbasen. :
A fines del siglo XVI y comienzos del XV, unido a las causas físicas tales como las hemorragias y las infecciones, comenzaron a tomarse en cuenta los factores emocionales
El médico portugués Rodríguez da Fonseca complicó más aún este estado de cosas al señalar que "en los instantes previos a las crisis, las mujeres propensas a pasiones histéricas sufren un increíble deseo de abrazar a los hombres".
En el año 1616, , Charles Lepois, médico francés, rompió con todas las ideas tradicionales y se excusó por estar en abierta contradicción con tantos sabios; explicó que su experiencia razonada le obligaba a sostener que el útero se encontraba desposeído, que su importancia estaba descartada, y que eran los nervios los que dominaban el panorama histérico.
Lepois atribuye la enfermedad a un trastorno de las serosidades, que distenderían el origen de los nervios, sobre todo los medulares y del sexto y séptimo par.
Thomas Sydenham
(1624-1689), quien dijo que la afección histérica es, sobre todo, psíquica, y su patogenia dependía de un desorden de los espíritus animales. Así es que algunos accidentes se parecen a la epilepsia y sus convulsiones pueden simular las de ésta", decía Sydenham
En el año 1816 Loyer-Villermay publica un trabajo que se titula "Tratado de las enfermedades nerviosas y vaporosas y particularmente de la histeria y de la hipocondría. . Loyer-Villermay presentó de nuevo a la histeria como una afección vergonzante y a las mujeres víctimas de este mal como objeto de piedad o desagrado, negando y combatiendo al mismo tiempo, encarnizadamente, la existencia de la histeria masculina.
En el año de 1862 Charcot se hizo cargo de la sección de histeria en la Salpetriére. Merced a sus trabajos el histerismo comenzó a ser considerado verdaderamente como una afección nerviosa, y completando las precisas descripciones de Briquet, Charcot analizó el gran ataque de la histeria convulsiva, distinguiendo en el mismo cuatro fases: la primera, epileptoidea; la segunda, de las convulsiones y los grandes movimientos; la tercera, de actitudes pasionales; y la cuarta, del período delirante.
El doctor E. J. Georget (17951828), En su artículo, Georget describía también casos de histero-epilepsia, llegando a sostener que la epilepsia no es más que un grado avanzado de histeria.
Según Charcot la enfermedad: "es psíquica por excelencia",
En el año 1893 Breuer y Freud publicaron un trabajo preliminar sobre "El mecanismo psíquico de los fenómenos histéricos"
Para Grasset (1849-1918) la histeria no es una enfermedad mental sino psíquica
Babinsky afirma que "La histeria es un estado psíquico que hace al sujeto que se halla sometido a él capaz de autusugestionarse. Se manifiesta por trastornos primitivos y accesoriamente por trastornos secundarios
El cirujano británico James Braid (1795-1860), introdujo los términos hipnotismo, hipnotizador e hipnótico
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En 1768 llegó a París Francisco Antonio Mesmer,
quien años antes había "descubierto" en Viena el magnetismo animal. siendo él quien con sus experiencias dio el primer paso para el descubrimiento de la hipnosis que, con posterioridad, llevó al psicoanálisis. Sin saberlo, Mesmer trabajaba activamente con la sugestión, a través de la transferencia que sólo con el advenimiento del psicoanálisis se comprendió y utilizó racionalmente
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