Sus libros – especialmente “Prisión Verde”, “Amanecer”, “Los Brujos de Ilamatepeque”, “Constructores”, “Destacamento Rojo”– son referenciales, tanto por las valiosas descripciones, como por el realismo que para tales fines, se impuso el novelista Amaya Amador, como modelo central de su visión estética de la literatura y de la conducta de un escritor.
empezó su carrera literaria y periodística que lo llevaría, desde su ciudad natal, hasta ciudad Guatemala, Córdova, Argentina, Tegucigalpa y Praga,
Checoeslovaquia en donde murió en un accidente aéreo en Vratislava, el 24 de noviembre de 1966, con apenas 50 años de edad.