La lengua suponía una determinada forma de organizar el mundo y que esa forma se reflejaba en la estructura de cada idioma.
La organización de los objetos a través de la lengua implica una clasificación de los mismos, si no científica, sí útil para las necesidades y para la cultura de cada comunidad.
La lengua nos permite así mismo, hablar del pasado, del presente y del futuro; expresar lo que es lógico y lo que no es; decir verdades y mentiras, imaginar, crear.