Muchos maestros manifiestan conductas acordes con este modelo, pues casi no interactúan con los alumnos retrasados; otros, solo interactúan con ellos para plantearles “preguntas retoricas” sin esperar, realmente, que las puedan contestar.
Otros, en fin, han sido clasificados como profesores “indiferentes-amenazantes”, pues su comportamiento, además de revelar indiferencia, tiende a minusvalorar a los alumnos que sufren algún problema de aprendizaje. En otras ocasiones, se han distinguido también algunas tendencias en las interacciones maestro alumno que, en lugar de disminuir los atrasos educativos, podrían acentuarlos.