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Hacia la contemplación trinitaria (En la teología actual se parte de…
Hacia la contemplación
trinitaria
El tratado no contiene sólo
respuestas dadas por la razón
al misterio trinitario, sino que además:
tiende a una contemplación de
la Trinidad en su plano salvífico
introduce al creyente en la
contemplación de la Trinidad
en sí misma.
En la teología actual se parte
de la economía para
remontarse a la teología.
Misión del Hijo:
Obra de la redención
conducir los creyentes a la
contemplación de Dios, por
su encarnación es el mediador
entre Dios y los hombres.
Mediador de unidad: Estábamos
dispersos, descarriados, y nos ha
conducido a la unidad, por el Espíritu,
con El y con el Padre.
Mediador de libertad: Libertad del
pecado, de las pasiones, de la
muerte, del tiempo. La verdad nos
hace libres porque es inmutable y eterna.
Mediador de la vida: A través de la
encarnación del Logos, de dar su
Vida por nosotros en la Cruz al Padre.
Misión del Espíritu Santo:
Obra de justificación
El Espíritu Santo nos es
donado, porque es el Don.
Es dador y vivificador
Santifica porque es Santo
Restaura nuestra imagen de Dios.
La comunión intraeclesial como
fruto de la comunión intratrinitaria
Hacia la contemplación:
Ascenso hacia la Sabiduría
En nuestro caminar hacia la contemplación
(conocimiento afectivo) es necesaria una
purificación, que se lleva a cabo por medio
de la fe, a la cual le está prometida la visión.
S. Agustín intenta obtener también un
conocimiento positivo de Dios, considerando
que él es la verdad, justicia y amor (el más perfecto).
Puntos progresivos hacia
la contemplación.
Su pasión por la verdad,
se convierte en bondad
que vivida en la justicia, desemboca
en el Amor de la Sabiduría
Sabiduría es el “conocimiento intelectual
de las cosas eternas” es piedad, amor,
fruición en el Espíritu del Señor.
El culmen de la perfección cristiana
está al final de este camino ascético
y místico, en la contemplación,
visión perfecta.
Visión lograda tendremos
en la Jerusalén celeste.