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Pioneros del dogma Trinitario (Origenes (esboza una presentación…
Pioneros del
dogma Trinitario
Tertuliano
Es el primer escritor que
utiliza los términos latinos
“persona”, “trinitas” en el
lenguaje trinitario.
El Verbo es una persona
distinta del Padre.
El Hijo, en cuanto Verbo eterno,
es proferido (prolatio), efluvio del Padre.
El Espíritu Santo sale del
Padre por el Hijo.
Defiende la unidad (unum),
no la unicidad (unus), y expone
la unidad en el plan salvífico de
toda la historia de la salvación.
Sin embargo, hay en él ciertos
matices de subordinacionismo
que oscurecen sus fórmulas diáfanas,
en cuanto a la generación del Hijo y ES.
Novaciano
Parte de que el Padre
es ser “sin principio”
Pero el carácter “no engendrado”
del Padre no se concibió como algo
opuesto al ser engendrado del Hijo,
sino como expresión del “ser divino absoluto”.
De aquí nace la sospecha subordinacionista.
Para remediarlo habla de la
“communicatio substantiae”
Defiende tanto la unicidad de Dios,
cuanto la diferencia inmanente del Hijo.
Al Espíritu lo concibe como una fuerza,
nunca lo define como persona.
Origenes
esboza una presentación trinitaria
del Padre, Hijo y Espíritu Santo,
como diferenciados desde la eternidad,
por sus tareas y ámbitos de influencia.
El Dios Padre, fuente y meta de toda
existencia, que transciende el espíritu
y el mismo ser, es la Mónada.
El Hijo es el intermediario que Dios
necesita para comunicarse. Este Hijo,
en cuanto Logos, es engendrado por
el Padre por un acto espiritual eterno.
Su divinidad es derivada, por eso
aparece como un segundo dios
También el Espíritu es eterno y superior
a todas las demás cosas que proceden
del Padre por (dià) el Hijo.
Afirma en Dios, no sólo una distinción
conceptual, sino también una
distinción numérica.
Se observa en Orígenes una
tendencia subordinacionista.
La acción del Padre se extiende
a todo ser, la acción del Hijo se
limita a los seres racionales, y la
del Espíritu Santo afecta a los que
son santificados