El era carpintero (Mc. 6,3). Mientras crecía (Lc. 2,40) en sabiduría, edad y estatura delante de Dios y de los hombres, presenciaba las explosiones de violencia tan numerosas entonces en Galilea, la progresiva organización de los guerrilleros zelotes, la transferencia de la capital de su región a Tiberíades, las tentativas infructuosas de los romanos para reducir a la obediencia al pueblo rebelde de Galilea.