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5to: No matarás (Homicidio y suicidio (El infanticidio, fratricidio,…
5to: No matarás
Homicidio y suicidio
El infanticidio, fratricidio, parricidio y el homicidio del cónyuge son crímenes especialmente graves a causa de los vínculos naturales que destruyen.
La ley moral prohíbe exponer a alguien sin razón grave a un riesgo mortal, así como negar la asistencia a una persona en peligro.
Es gravemente pecaminoso el homicidio directo y voluntario. El que mata y los que cooperan voluntariamente con él cometen un pecado que clama venganza al cielo
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Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. Él sigue siendo su soberano Dueño.
Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas.
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El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a conservar y perpetuar su vida. Es gravemente contrario al amor de sí mismo y del prójimo porque rompe injustamente los lazos de solidaridad con las sociedades.
Aborto
Los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por todos, ya que no están subordinados ni a los individuos ni a los padres, y tampoco son una concesión de la sociedad o del Estado
La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción, donde el ser humano debe ver reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser inocente a la vida. El aborto es contrario a la Ley Natural
Cuando una ley positiva priva a una categoría de seres humanos de la protección que el ordenamiento civil les debe, el Estado niega la igualdad de todos ante la ley.
El diagnóstico prenatal es moralmente lícito si respeta la vida e integridad del embrión y del feto humano, y si se orienta hacia su protección o hacia su curación, pero se opondrá gravemente a la ley moral cuando contempla la posibilidad, en dependencia de sus resultados, de provocar un aborto.
Son lícitas las intervenciones sobre el embrión humano, siempre que respeten la vida y la integridad del embrión, que no lo expongan a riesgos desproporcionados, que tengan como fin su curación, la mejora de sus condiciones de salud o su supervivencia individual
Ciencia
La investigación científica es una expresión significativa del dominio del hombre sobre la creación, debe ser puesta al servicio del hombre, pero no puede ser el sentido de la existencia y del progreso humano.
La ciencia y la técnica requieren por su significación intrínseca el respeto incondicionado de los criterios fundamentales de la moralidad.
Los experimentos científicos, médicos o psicológicos, en personas o grupos humanos, pueden contribuir a la curación de los enfermos y al progreso de la salud pública.
Las investigaciones o experimentos en el ser humano no pueden legitimar actos que en sí mismos son contrarios a la dignidad de las personas y a la ley moral. El eventual consentimiento de los sujetos no justifica tales actos.
El trasplante de órganos es conforme a la ley moral si los daños y los riesgos físicos y psíquicos que padece el donante son proporcionados al bien que se busca para el destinatario.
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Eutanasia
La eutanasia directa consiste en poner fin a la vida de personas disminuidas, enfermas o moribundas, por acción u omisión. Es moralmente inaceptable.
La interrupción de tratamientos médicos onerosos, peligrosos, extraordinarios o desproporcionados a los resultados puede ser legítima. Con esto no se pretende provocar la muerte; se acepta no poder impedirla. Las decisiones deben ser tomadas por el paciente.
Aquellos cuya vida se encuentra disminuida o debilitada tienen derecho a un respeto especial y deben ser atendidas para que lleven una vida tan normal como sea posible
Aunque la muerte se considere inminente, los cuidados ordinarios debidos a una persona enferma no pueden ser legítimamente interrumpidos.
Salud
La vida y la salud física son bienes preciosos confiados por Dios. Debemos cuidar de ellos racionalmente teniendo en cuenta las necesidades de los demás y el bien común.
La moral exige el respeto de la vida corporal, pero no hace de ella un valor absoluto. Se opone el culto del cuerpo ya que puede conducir a la perversión de las relaciones humanas.
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El uso y producción de la droga inflige muy graves daños a la salud y a la vida humana. Fuera de los casos en que se recurre a ello por prescripciones estrictamente terapéuticas, es una falta grave.
Legítima defensa
Es legítimo hacer respetar el propio derecho a la vida. El que defiende su vida no es culpable de homicidio.
La legítima defensa es un derecho, y un deber para el que es responsable de la vida de otro. Los que tienen autoridad legítima tienen también el derecho de rechazar, incluso con el uso de las armas, a los agresores de la sociedad civil confiada a su responsabilidad.
La legítima defensa de las personas y las sociedades no es una excepción a la prohibición de la muerte del inocente que constituye el homicidio voluntario.
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Guerra
Mientras exista el riesgo de guerra y falte una autoridad internacional competente, una vez agotados todos los medios de acuerdo pacífico, no se podrá negar a los gobiernos el derecho a la legítima defensa.
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Es preciso respetar y tratar con humanidad a los no combatientes, a los soldados heridos y a los prisioneros.
Respeto
A la integridad corporal
Los secuestros y el tomar rehenes
hacen que impere el terror y, mediante
la amenaza, son moralmente ilegítimos.
A los muertos
A los moribundos se han de prestar todas las atenciones necesarias para ayudarles a vivir sus últimos momentos en la dignidad y la paz
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