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Los 3 primeros mandamientos (1er mandamiento (Virtud de la Religión…
Los 3 primeros mandamientos
1er mandamiento
Adorarás a Dios y le servirás
Implicación
Abarca la fe, la esperanza y la caridad. Debemos aceptar las palabras de Dios.
Fe
Alimentar y guardar nuestra fe con prudencia, rechazar lo que se oponga a ella
La incredulidad es menospreciar la verdad revelada. Es herejía sí es después del bautismo, apostasía es el rechazo total y cisma el rechazo al sumo pontífice
Esperanza
Aguardar confiadamente la bendición divina, también es el temor de ofender a Dios
Desesperación: Hombre deja de esperar de Dios la salvación, se opone a la bondad de Dios
Presunción: O el hombre presume poder salvarse sin ayuda de lo alto o espera perdón sin conversión y gloria sin mérito
Caridad
Amar a Dios sobre todas las cosas y a las criaturas por Él y a causa de Él
Indiferencia: Rechaza la caridad divina
Ingratitud: Se niega a reconocer la caridad divina y devolverle amor
Tibieza es vacilación en responder al amor divino
Acedia: Rechazar el gozo que viene de Dios
Odio a Dios: Origen en el orgullo, niega la bondad de Dios y lo maldice por condenar el pecado e infligir penas
Adoración
Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto
La adoración del Dios único libera al hombre del repliegue sobre sí mismo, de la esclavitud del pecado y de la idolatría del mundo.
Los actos de fe, esperanza y caridad que ordena el primer mandamiento se realizan en la oración
Verdadero sacrificio es toda obra que se hace con el fin de unirnos a Dios
Libertad Religiosa
En materia religiosa, ni se obligue a nadie a actuar contra su conciencia, ni se le impida que actúe conforme a ella
Sino un derecho natural de la persona humana a la libertad civil, es decir, a la inmunidad de coacción exterior, en los justos límites, en materia religiosa por parte del poder político.
Virtud de la Religión
prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor
Proscribe la superstición y la irreligión
La actitud cristiana justa consiste en entregarse con confianza en las manos de la providencia en lo que se refiere al futuro y en abandonar toda curiosidad malsana al respecto.
Todas las formas de adivinación deben rechazarse
Todas las prácticas de magia o de hechicería son gravemente contrarias a la virtud de la religión.
El sacrilegio consiste en profanar o tratar indignamente los sacramentos y las otras acciones litúrgicas, así como las personas, las cosas y los lugares consagrados a Dios
La simonía se define como la compra o venta de cosas espirituales
En cuanto rechaza o niega la existencia de Dios, el ateísmo es un pecado contra la virtud de la religión
En otros casos, el agnóstico no se pronuncia sobre la existencia de Dios, manifestando que es imposible probarla e incluso afirmarla o negarla.
El agnosticismo equivale con mucha frecuencia a un ateísmo práctico
2do mandamiento
No tomarás en falso el nombre del Señor tu Dios
El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor.
El segundo mandamiento prohíbe abusar del nombre de Dios
Las promesas hechas a otro en nombre de Dios comprometen el honor, la fidelidad, la veracidad y la autoridad divinas.
La blasfemia se opone directamente al segundo mandamiento. Consiste en proferir contra Dios
Las palabras mal sonantes que emplean el nombre de Dios sin intención de blasfemar son una falta de respeto hacia el Señor.
El segundo mandamiento prohíbe el juramento en falso.
Es perjuro quien, bajo juramento, hace una promesa que no tiene intención de cumplir,
3er mandamiento
Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para el Señor, tu Dios. No harás ningún trabajo
El tercer mandamiento del Decálogo proclama la santidad del sábado: “El día séptimo será día de descanso completo, consagrado al Señor”
Jesús resucitó de entre los muertos “el primer día de la semana
La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el corazón del hombre, de “dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres
El mandamiento de la Iglesia determina y precisa la ley del Señor: “El domingo y las demás fiestas de precepto los fieles tienen obligación de participar en la misa”
La institución del día del Señor contribuye a que todos disfruten del tiempo de descanso y de solaz suficiente que les permita cultivar su vida familiar, cultural, social y religiosa
Durante el domingo y las otras fiestas de precepto, los fieles se abstendrán de entregarse a trabajos o actividades que impidan el culto debido a Dios