No cariño, tú no quieres a alguien como yo. No sé si puedo quedarme, no sé si un día dejare de correr, Soy malhablada y como de más. No me peino, no se maquillarme y no sé hacer de comer. Tú no quieres a alguien así corazón, soy un desastre, me pierdo, a veces no hablo, a veces hablo tanto que te darán ganas de callarme y salir huyendo. Dicen que soy libre en exceso, tengo sueños. Tú no quieres una loca como yo, ausente, voladora y efímera; claridosa, vanidosa y egoísta. Tú no quieres mis llantos de la nada, ni mis huidas de esta realidad. Tú no quieres mis intermitencias, irrealidades y pesadillas. Tú no quieres a alguien como yo… Pero si lo quieres, si me quieres y te arriesgas, no me domestiques, camina conmigo, juégame, gáname, tiéntame. Acompáñame al cielo y si el infierno nos llama, quémate conmigo. Junta tus manos con las mías, tus ojos a mis pupilas y tu corazón a mis latidos. Pero sólo si quieres, vida mía, si quieres..
A veces me destruyo, sí, me destruyo de una forma increíble. Soy Aries. Siento que he hecho las cosas mal y siento que también puede ser tarde para pedir perdón. No quiero ser ninguna víctima, y me da miedo disculparme. Mi orgullo pelea contra la razón. Quiero hacerte saber que hice mal pero no soporto que tú no entiendas que también la cagaste así que, me hago daño esperando una disculpa por tu parte que a veces no llega nunca...
¿Qué pasaría si fuera yo la que tuviera dos hombres?,
¿qué sentirías?
¿Qué me vas a decir si soy yo la que te digo:
en 20 minutos te llamo por qué mi marido va a cogerme, me esperas?.
Si las mujeres tenemos dos hombres somos unas putªs,
somos unas sucias,
unas mujeres despreciables,
unas inmorales,
unas promiscuas.
¿Se han puesto a pensar porqué las mujeres buscan un amante?
Muchas veces los hombres son los culpables,
piensan que una vez que se cogen a una mujer ya esta segura,
se olvidan que a las mujeres se nos conquista todos los días,
somos como las flores:
si no nos cuidan nos marchitamos,
morimos.
En vez insultar a las mujeres,
señalarlas con el dedo,
juzgarlas,
deberían de ver sus errores,
y también revisar sus pecados muy bien guardados,
nadie es monedita de oro,
y nadie es ningún santo.
Los hombres sí pueden tener muchas amantes y no pasa nada,
pero si nosotras somos las que tenemos un amante,
la sociedad nos acaba.
Cuantas veces ellos nos han dicho:
"te llamo cuando pueda",
"ahora no tengo tiempo porque mi mujer está en casa".
Pero dime cabrón:
¿Qué pasaría si yo fuera la que tuviera dos hombres?