Gracias al manejo de la lectoescritura, tú puedes leer lo que escribieron los hombres del pasado, comunicarte con ellos y conocer lo que pensaban, hacían y sentían los niños de otras épocas. Puedes también leer cuentos y novelas contemporáneas, diarios, revistas y lo que es más importante, escribir tus propias historias reales o imaginadas y dejarlas impresas para siempre, para que otros las lean hoy, mañana o en miles de años más.