Una vez que la compañía ha identificado los segmentos que agrupan a los consumidores, el siguiente paso es elegir aquel segmento que resulta más atractivo para la compañía.
Para ellos es necesario analizar cada segmento en base a las siguientes características:
– Nivel de beneficios (tamaño actual y futuro, en términos de ingresos y rentabilidad),
– Nivel competitivo (posición de la competencia, barreras de entrada/salida, etc),
– Vínculo entre el producto y el mercado (coherencia con la imagen de la compañía, transferencia de imagen con otros productos, etc).