La economía, se organizó en base a la encomienda y a la explotación minera. La primera tenía al frente a un español, llamado encomendero, que se apropiaba del tributo de uno o varios pueblos de indios. Este beneficio podía heredarlo a sus descendientes. Algunos de los encomenderos conocidos en el territorio hidalguenses fueron Pedro de Paz en Atotonilco el Grande, Pedro Rodríguez de Escobar en Ixmiquilpan y Andrés de Barrios en Metztitlán. Que compartió su encomienda con Alonso Lucas. Encontramos también en Chapantongo a Hernán Sánchez de Hortigosa, en Epazoyucan a Lope de Mendoza, en Mixquiahuala a María Carral, en Pachuca al bachiller Francisco de Sotomayor y Antonio de la Cadena, en Tutotepec a Manuel Tomás, en Tianguistengo a Alonso Gutiérrez de Badajoz, en Tizayuca a Alonso Pérez de Zamora, en Tlanchinol a Jerónimo de Medina, en Tulancingo a Francisco de Terrazas y en Zempoala a Juan Pérez de Gama.