"También es cierto que casi nunca me pegaste en serio, pero tus gritos, tu cara congestionada por la ira, así como tu impaciencia por quitarte el cinturón y colocarlo en el respaldo de la silla, eran acciones eran acciones que me dañaban mas que el propio castigo físico". Con esta frase podemos deducir que mas que la violencia o abuso físico, era algo emocional, el padre de Kafka lo torturaba psicológicamente, lo cual lo indujo a su ves a llevar su escritura a este nivel.