La inferencia hipotética, trata de explicar los hechos. Por ejemplo: En pleno invierno y tras un puente festivo aparece Marta en la oficina con un saludable bronceado. No sabemos nada más, pero a partir de ese dato concluimos instantáneamente que ha estado esquiando. Tal vez nos equivoquemos, pero amparados en lo que sabemos de Marta, hemos escogido la mejor explicación. No es una inducción; tampoco se trata de una deducción. Da la impresión de que nos inventamos las cosas, pero si tuviéramos que justificar la conclusión podríamos razonarla: Se ha puesto morena en pocos días, estamos en invierno, le gusta esquiar… La explicación más probable para estos datos es que haya estado en la nieve. Por eso concluimos tentativa, hipotética, provisionalmente, mientras no dispongamos de más información, que Marta ha pasado el puente festivo esquiando. Hemos realizado una hipótesis razonable. Los hechos podrán confirmarla o no pero, hasta entonces, es la mejor explicación disponible. La mayoría de los argumentos que encontramos en el mundo de cada día son hipotéticos.