Todo progreso tecnológico, en el momento de su aparición, ha sido temido e incluso rechazado. Cualquier modificación molesta porque cambia los órdenes constituidos.La Encyclopédie de Diderot fue prohibida e incluida en el Indice en 1759, con el argumento de que contenía una conspiración para destruir la religión y debilitar la autoridad del Estado. El Papa Clemente XII llegó a decretar que todos los católicos que poseyeran ejemplares deberían dárselos aun sacerdote para que los quemaran, so pena de excomunión.La radio ha tenido efectos secundarios no previstos: por ejemplo, la musicalización de nuestra vida cotidiana.En pocas décadas el progreso tecnológico nos ha sumergido en la edad cibernética,desbancando, según dicen, a la televisión.El término cibernética fue acuñado por Norbert Wiener para denominar el “control y la comunicación en el animal y en la máquina”