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Capitulo 2 EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN (Fé (Esto provoca la convicción de…
Capitulo 2 EL EVANGELIO DE LA CREACIÓN
La luz que ofrece la fe
Deberíamos reconocer que las soluciones no pueden llegar desde un único modo de interpretar y
transformar la realidad
la Iglesia Católica está abierta al diálogo con el pensamiento
filosófico, y eso le permite producir diversas síntesis entre la fe y la razón
¿DE QUE TRATA LA ENCÍCLICA?
esta encíclica se abre a un diálogo con todos, para buscar juntos
caminos de liberación, quiero mostrar desde el comienzo cómo las convicciones de la fe ofrecen a
Los cristianos
La sabiduría de los relatos bíblicos
Los argumentos más profundos para ese compromiso
Cómo existimos
Fuimos
concebidos en el corazón de Dios, y por eso «cada uno de nosotros es el fruto de un pensamiento
de Dios. Cada uno de nosotros es querido, cada uno es amado, cada uno es necesario
PERSONAJE
San Juan Pablo II recordó
El amor especialísimo que el Creador tiene por cada ser humano le confiere una dignidad
INFINITA
El misterio del universo
El universo no surgió como resultado de
una omnipotencia arbitraria, de una demostración de fuerza o de un deseo de autoafirmación.
Hasta la vida efímera del ser más insignificante es objeto de su amor y, en
esos pocos segundos de existencia, él lo rodea con su cariño.
Hasta su misericordia
amorosa
El mensaje de cada criatura en la armonía de todo lo creado.
Todo el universo material es
un lenguaje del amor de Dios, de su desmesurado cariño hacia nosotros
Para el creyente contemplar
lo creado es también escuchar un mensaje, oír una voz paradójica y silenciosa
No puede ser representada
convenientemente por una sola criatura
Una comunión universal
Fé
Esto provoca la convicción de que, siendo creados por el
mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos
Una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado,
Cariñoso y humilde
Destino común de los bienes
El rico y el pobre tienen igual dignidad, porque «a los dos los hizo el Señor» (Pr 22,2); «Él
mismo hizo a pequeños y a grandes»