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Las energías renovables (tipos (Energía eólica: la energía que se obtiene…
Las energías renovables
Son la alternativa más limpia para el medio ambiente y para evitar los efectos del cambio climático.
Se diferencian de los combustibles fósiles principalmente en su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del planeta, pero sobre todo en que no producen gases de efecto invernadero –causas del cambio climático- ni emisiones contaminantes.
Las energías renovables se encuentran en la naturaleza en una cantidad ilimitada y, una vez consumidas, se pueden regenerar de manera natural o artificial, siendo así cada vez más competitivas.
tipos
Energía eólica: la energía que se obtiene del viento transformando su energía cinética en energía eléctrica mediante aerogeneradores.
Energía solar: la energía que se obtiene del sol.
Las principales tecnologías son la solar fotovoltaica (aprovecha la luz del sol) y la solar térmica (aprovecha el calor del sol)
Energía hidráulica o hidroeléctrica: la energía que se obtiene de los ríos y corrientes de agua dulce
Biomasa y biogás: la energía que se extrae de materia orgánica animal o vegetal o de residuos agro-industriales
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ventajas
Son importantes para el cambio climático y representan la solución limpia y más realizable frente a la degradación medioambiental.
Son inagotables. Al contrario que las fuentes tradicionales de energía como el carbón, el gas, el petróleo o la energía nuclear, cuyas reservas son finitas, las energías limpias son inagotables.
Reducen la dependencia energética o sea, la necesitad de importar combustibles fósiles de otros países. En cualquier parte del Planeta hay algún tipo de recurso renovable –viento, sol, agua, materia orgánica- que puede utilizarse para producir energía de forma sostenible.
Son competitivas económicamente. Las principales tecnologías renovables –como la eólica y la solar fotovoltaica- están reduciendo drásticamente sus costes y son la solución más sostenible, no sólo ambiental sino también económicamente, para mover el mundo.
En España, la energía eólica es la más difundida: hay casi 1300 parques eólicos distribuidos por todas las comunidades. De hecho, España es el segundo país de Europa por potencia eólica, por detrás de Alemania, ya que cerca de la costa y en la Meseta hay lugares muy ventosos.
A principios de la década de los 70 comenzó a despertarse el interés para proteger el medio ambiente. Los países industrializados, principales responsables de la mayor parte de las emisiones contaminantes, decidieron unirse en esta labor. Han realizado muchas campañas y han celebrado cumbres con el objetivo de imponer plazos a todos los países para la reducción de las emisiones contaminantes.
Las energías renovables que más contribuyen a la producción energética en España son la energía eólica, segunda fuente energética por detrás de la nuclear, la energía hidráulica y la energía solar.
Las energías renovables tienen una distribución desigual en España. Sin embargo, todas producen aproximadamente el 40% de la demanda energética total del país. El sector energético es uno de los mayores contribuyentes a la generación de gases de efecto invernadero, por lo tanto las fuentes renovables en la producción de energía son imprescindible para avanzar en la lucha contra el cambio climático. España ha potenciado su posición en este campo en los últimos años y hoy es uno de los 15 mayores consumidores de energías limpias del mundo.
Las energías renovables han recibido un importante apoyo de la comunidad internacional con el Acuerdo de París, un tratado internacional escrito durante la COP21 celebrada en diciembre de 2015 en la capital francesa. La COP es la Cumbre Anual que realiza la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que examina y decide por medidas a favor del planeta. El acuerdo establece por primera vez en la historia un objetivo global vinculante por el que los casi 200 países firmantes se comprometen a reducir sus emisiones para mantener la temperatura media de la Tierra a 1,5° de modo que se puedan limitar efectos catastróficos. En 2021 se celebró la COP26 en Glasgow (Escocia) en que se examinó el Acuerdo, que funciona con un ciclo de 5 años, y se habló de la posibilidad de llegar a cero emisiones de gases contaminantes.
La comunidad internacional, a nivel político, ha entendido la necesitad de su uso por el futuro sostenible del planeta.