Cuándo, cómo y dónde surge la religión
Resulta imposible dar una respuesta definitiva a estas preguntas. Sin embargo, podemos rastrear los lejanos orígenes del hecho religioso.
Hay indicios demuestran una incipiente actitud religiosa en el hombre primitivo. Es un intento de superar las situaciones que más le impresionan y con las que tiene que enfrentarse
El hombre primitivo recurre a técnicas rituales para abordar las situaciones que le asombran:
el nacimiento y la propagación de la especie; la subsistencia (a base de la caza) y la muerte, Surgen amuletos de fecundidad, danzas rituales.
El sentido religioso se acentúa en el Neolítico. El hombre empieza a ofrecer sacrificios, a veces humanos, como intento de intercambiar dones con los poderes superior. La complejidad de estas actividades rituales obliga a algunas personas a especializarse en ellas; adquieren así cierto carácter sagrado.
También resulta imposible saber con exactitud qué imagen del Ser Supremo tenía el hombre primitivo. Era concebido como un ser, de alguna manera responsable del mundo que el hombre veía. Podemos afirmar, por consiguiente, que las danzas sagradas, las ofrendas y sacrificios, los ritos de iniciación y el culto a los muertos constituyen las primeras expresiones religiosas de la humanidad. Las creencias religiosas de muchos pueblos primitivos preservan su estricta moral y rigurosa organización social y familiar.
Elementos que integran una religión
Realidad suprema o misterio
A Dios no se le puede definir, pues esto supone ponerle límites.
Dios es anterior al hombre y superior a él.
El encuentro con Dios afecta a lo más profundo y definitivo de su ser.
La actitud del hombre religioso ante Dios es la de escuchar y hablar con El antes que la de hablar de Él.
Lo sagrado
Una persona que orienta su vida a Dios, una cosa que se dedica a Él, son sagradas. No podemos tratarlas de cualquier manera. Ya no son para sí, sino para Dios. Cuando el hombre entra en un lugar sagrado, se comporta de forma diferente, queda inmerso en una atmósfera nueva y expresa esta realidad con una serie de actitudes distintas (silencio, descalzarse, postrarse...)
Actitudes religiosas
el hombre necesita expresar, lo que siente y vive. Lo hace con gestos, formas, palabras, modos de hacer las cosas. la auténtica actitud religiosa es la de aceptar porque en la aceptación del Misterio que asombra y desborda, compromete y exige, está la plena realización, es decir, la salvación del hombre religioso.
Mediaciones
La distancia entre el Misterio y el hombre que lo acepta queda, en cierto modo, salvada por las diferentes mediaciones a través de las cuales aquél se manifiesta en la vida del hombre. A lo largo de la historia se produjeron de muchas formas y en muy diferentes ocasiones. Los lugares (montes, santuarios, altares...), los tiempos, los acontecimientos... han servido a los hombres de vehículo para traer a sus vidas una presencia más clara del Misterio.
Expresiones de la experiencia religiosa
El Mito, es un relato, generalmente dramático, situado en un pasado remonto que tiene por finalidad explicar la razón de lo que existe (el por qué y para qué) en relación con el Misterio Ultimo. Los hay de diversa índole: Teogonías, cosmogonías, cosmológicos, antropológicos, escatológicos..
El Rito Es el conjunto de acciones y gestos que exteriorizan el mito y que sirven de medio para que el hombre se identifique con él y lo reviva en su historia. El mito es la palabra sagrada y el rito la acción que la hace presente aquí y ahora.
La Oración es la palabra por la que el hombre religioso eleva su mente, su corazón y todo su ser hacia el Misterio Ultimo en una alabanza, una súplica e incluso a veces en una queja.
Leyes de pureza son normas de prohibición (tabú, prohibición de lo impuro) o de purificación (adquisición de la pureza) que expresan la necesidad de presentarse incontaminado y digno ante el Misterio Último.
Los ritos dan paso a las "liturgias": el culto oficial.
En cuanto que la experiencia religiosa se vive en grupo, éste tiende a organizarse generando una estructura organizada.
El lenguaje religioso
Dentro del lenguaje religioso distinguimos dos grandes líneas: Hablar de Dios y hablar a Dios. En la primera entra el lenguaje que llamamos «doctrinal». Al afirmar «Dios es creador», empleamos una fórmula teológica que nos dice algo sobre Dios. Estamos hablando de Dios. En la línea del hablar a Dios se encuentran el lenguaje de la liturgia (palabras y gestos cargados de simbolismo) y el de la oración (de alabanza, petición y acción de gracias).
Decir algo sobre Dios compromete al que habla y le exige vivir en consonancia con lo que está diciendo.
Buscar la verdad
Buscar la verdad es una actitud fundamental de un ser dotado de inteligencia como el ser humano. Pero, al hacerlo, no sólo pone en juego la razón sino todo su ser. La religión trata de encontrar la verdad global y definitiva que explique y dé sentido a la existencia total del hombre, del mundo y de la historia. El hombre cometería un error si pretendiese buscar en la ciencia la explicación y fundamentación de toda su existencia... hasta de su actitud religiosa.