Evitar hospitalizaciones innecesarias y recurrentes.
Entrenar a los cuidadores para mejorar su conocimiento y capacidades, adaptándolos a las nuevas necesidades.
Asegurar un manejo multidisciplinar.
Evitar los factores de riesgo: Buena nutrición, actividad física, ocupaciones, etc.
Detección temprana y correcta de prefragilidad.
Realizar ejercicio de resistencia para mantener y/o restaurar la independencia, la capacidad funcional, prevenir, retrasar o revertir el proceso de fragilidad.