Frida Kahlo busco rescatar las raíces del arte popular mexicano y el interés se vio reflejado en sus obras, en el lenguaje, en su vestimenta y en la decoración de su hogar. Afirmaba que, al contrario de los pintores surrealistas, ella no pintaba sus sueños, sino
su realidad.
De su obra destacan los autorretratos influidos por la técnica del retrato
fotográfico que aprendió de su padre, Guillermo Kahlo.