Las disgrafías son alteraciones en la calidad de la escritura o trazo gráfico, sin que exista retraso intelectual o alteración neurológica que lo justifique. Este trastorno suele situarse entre los 7 u 8 años de edad, después o durante el aprendizaje de la escritura.
Se caracteriza por una letra irreconocible, por grafismos que permiten la confusión de letras, letras sobreimpresionadas
retocadas, tamaño excesivamente grande o pequeño, grafismo tembloroso, líneas fluctuantes, espacio irregular entre los renglones, ausencia de márgenes y, en general, por la falta de limpieza y organización.