La fructosa es un azúcar que se deriva, principalmente, de la sacarosa. Una vez consumido por el organismo, la fructosa puede catabolizarse de dos formas: 1) Se convierte en fructosa 6-fosfato, sustrato de la glucólisis; o 2) Se vuelve fructosa 1-fosfato en el hígado. Por cualquiera de las dos formas, los productos del metabolismo de la fructosa terminan como sustratos que participan, directa o indirectamente, en la glucólisis.